
Al caer la noche
un silencio plácido invade la ciudad,
la ciudad duerme
mil quimeras y desamores...
Las viejas calles solitarias
me arropan
con sus cálidas luces de neón
y sueños de papel cuché.
Se oyen voces lejanas,
apresurados pasos en el asfalto,
los ecos apagados
de los amantes...
La fría brisa de la noche
impregna un halo de misterio
que me traen a mi mente
los dulces recuerdos
de mi adolescencia dormida...
Texto y Foto: Joaquín Pacheco.