RETROVISORES ARTE Y CAMBIO CLIMÁTICO
Sala Bayeu. Edificio Pignatelli. Zaragoza.
16 de diciembre de 2008 al 16 de enero de 2009.
Sala Bayeu. Edificio Pignatelli. Zaragoza.
16 de diciembre de 2008 al 16 de enero de 2009.
Bajo este titulo genérico se muestra estos días en Zaragoza, esta exposición colectiva monográfica sobre el calentamiento global que está dando lugar al tan temido cambio climático y sus terribles consecuencias sobre el planeta tierra. Muchas son las intenciones de los gobiernos por llegar a acuerdos internacionales sobre este tema tan candente y de actualidad. Varias son las ideas y las medidas a tomar, pero la triste realidad es que poco o muy poco se esta avanzando en tomar medidas urgentes para solucionar el problema que nos afecta a todos por igual. Los ciudadanos y la sociedad en general se tienen que implicar en costumbres y hábitos saludables para minimizar nuestro impacto en la naturaleza y en sus recursos que no son eternos. Vivimos en un ecosistema frágil donde son muy bien venidas nuestras pequeñas aportaciones con un comportamiento responsable y solidario, donde prime el bien general y no el egoísta y destructivo sin razón. Se acabaron las proclamas demagógicas y pueriles, llegó la hora de tomar acciones urgentes para solucionar el grave problema, que aun tiene solución.
Esta muestra colectiva de arte intenta incidir sobre todo lo que se ha hecho asta ahora y lo que se podría hacer, haciendo un buen uso de nuestro entorno en el que vivimos. La transformación que se podría hacer con los residuos sólidos industriales de las ciudades, reciclándolos y reconvirtiéndolos por ejemplo en obras de arte para nuestro goce y disfrute personal. Todo lo que tiramos los ciudadanos a la basura sin valor aparente, en esta exposición cobra un papel importante pues se convierten en materiales básicos para la creación artística, que una vez manipulados y modificados bajo el criterio del artista toman formas llenas vida propia. Esculturas, espacios ambiéntales híbridos, un gran mural realizado con carcasas de cedes, cuadros y maniquíes vestidos con ropajes a veces extraños y humorísticos, pueblan el espacio expositivo, donde la idea, el concepto y las texturas de los materiales, se unen en perfecta armonía, no solo para trasformar los objetos de desecho con los que están hechas estas obras en bellos objetos decorativos formales para su contemplación, si no que nos invitan a la reflexión al espectador.
Estas obras artísticas a veces acidas y violentas, pero siempre sinceras, tienen una carga de humor e ironía. Son el producto del trabajo realizado por 21 artistas aragoneses, sin contar con los artistas que han colaborado en la creación del gran mural de CDS, algunos de los cuales, han querido estar en el anonimato sin firmar la obra.
Margó Venegas junto con Enrique Lafuente, miembro del “Proyecto Zarteria”, son los encargados de coordinar y montar esta exposición multidisciplinar llamada “Retrovisores”, que podrá gustar o no su contenido y su temática, la selección de la obra expuesta y su posterior montaje expositivo, pero lo que no va a dejar indiferente a los espectadores que vayan a verla, es la valiente propuesta plástica, que esta ciudad acusada desde años de inmovilismo cultural y urbanístico, necesita. Creo que el espacio donde se muestra esta exposición no ha sido el más adecuado por las medidas y los malos accesos que tiene la Sala Bayeu. Esta exposición a mi entender, se merecía un sitio mas digno y amplio; la muestra da la sensación en algunos de los lugares del periplo expositivo, de quedar un tanto apelotonada y estrangulada, le falta el aire que necesita cada obra para poder respirar, para vivir su propio protagonismo. Aun así, con estas barreras arquitectónicas, merece la pena ir a visitarla.
Joaquín Pacheco
Esta muestra colectiva de arte intenta incidir sobre todo lo que se ha hecho asta ahora y lo que se podría hacer, haciendo un buen uso de nuestro entorno en el que vivimos. La transformación que se podría hacer con los residuos sólidos industriales de las ciudades, reciclándolos y reconvirtiéndolos por ejemplo en obras de arte para nuestro goce y disfrute personal. Todo lo que tiramos los ciudadanos a la basura sin valor aparente, en esta exposición cobra un papel importante pues se convierten en materiales básicos para la creación artística, que una vez manipulados y modificados bajo el criterio del artista toman formas llenas vida propia. Esculturas, espacios ambiéntales híbridos, un gran mural realizado con carcasas de cedes, cuadros y maniquíes vestidos con ropajes a veces extraños y humorísticos, pueblan el espacio expositivo, donde la idea, el concepto y las texturas de los materiales, se unen en perfecta armonía, no solo para trasformar los objetos de desecho con los que están hechas estas obras en bellos objetos decorativos formales para su contemplación, si no que nos invitan a la reflexión al espectador.
Estas obras artísticas a veces acidas y violentas, pero siempre sinceras, tienen una carga de humor e ironía. Son el producto del trabajo realizado por 21 artistas aragoneses, sin contar con los artistas que han colaborado en la creación del gran mural de CDS, algunos de los cuales, han querido estar en el anonimato sin firmar la obra.
Margó Venegas junto con Enrique Lafuente, miembro del “Proyecto Zarteria”, son los encargados de coordinar y montar esta exposición multidisciplinar llamada “Retrovisores”, que podrá gustar o no su contenido y su temática, la selección de la obra expuesta y su posterior montaje expositivo, pero lo que no va a dejar indiferente a los espectadores que vayan a verla, es la valiente propuesta plástica, que esta ciudad acusada desde años de inmovilismo cultural y urbanístico, necesita. Creo que el espacio donde se muestra esta exposición no ha sido el más adecuado por las medidas y los malos accesos que tiene la Sala Bayeu. Esta exposición a mi entender, se merecía un sitio mas digno y amplio; la muestra da la sensación en algunos de los lugares del periplo expositivo, de quedar un tanto apelotonada y estrangulada, le falta el aire que necesita cada obra para poder respirar, para vivir su propio protagonismo. Aun así, con estas barreras arquitectónicas, merece la pena ir a visitarla.
Joaquín Pacheco
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