VINO PARA DOS
Mañanas de
domingo
luces de
bohemia en mi alcoba
tiempo de
amores
y poesías
se arropan en
tu cuerpo desnudo
de mujer
y me abrazo a
ti
en un desesperado
abrazo,
sueños sin
fin
del que no
quisiera despertar nunca.
Acaricio tus
finos labios carmesí
que enloquecen
mis deseos
de amor
y lujuria.
Agitas tu bello
cuerpo
de fuego
contenido
y placeres
prohibidos,
olor a
amapolas
y plateadas
lunas…
El mar en la
lejanía
nos susurra
en nuestra vieja
almohada
con su canto
infinito
de sirenas
Y bajíos
hundidos,
olas que
arropan
nuestro loco
amor
de males
y melancolías…
Mañanas de
domingo
y vino para dos,
de rosas
rojas
y besos sin
fin.
Texto:
Joaquín
Pacheco
Foto:
Joaquín Pacheco Photo
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